De todos los rincones y lugares mágicos que hay en Argentina, El Calafate es sin dudas uno de los mas preciados.
Esa combinación fascinante de lagos y glaciares, junto al cariño y simpatía de su gente, lo convierten en un destino que no sólo es digno de visitarse, sino además de regresar en todas las oportunidades en que nos resulte posible.
Con seguridad, viajar a Calafate será un antes y un después en tu experiencia como turista porque allí te encontrarás con paisajes increíbles, te sentirás tocando el cielo con las manos, pues el blanco de ese escenario no te permite distinguir en donde te encuentras. Y caminar por el mismísimo Glaciar Perito Moreno será eso que en el dicho popular le llamamos “la frutilla del postre”. Esta maravilla de la naturaleza se encuentra ubicada en el Parque Los Glaciares, en donde también le hacen compañía otros más, como por ejemplo el Upsala y el Spegazzini.
Al recorrer el parque, podrás formar parte de varias actividades, entre ellas trekking, así como kayakismo, navegación, entre otras.
Y para aquellos que quieran seguir conociendo un poco más, encontrarán el GlacioBar, en donde podrán tomar algunos tragos en un sitio construido con verdadero hielo.
El Lago Argentino es otro de los motivos de orgullo de los habitantes de El Calafate. Este lago se apodera de gran parte del escenario, ya que tiene una gran extensión, aproximadamente de 1466 kilómetros cuadrados.
Durante el viaje, también podes seguir enamorándote de la naturaleza, haciendo una visita a la Reserva Natural Laguna Nimez, en donde podrás apreciar la flora y fauna típica del lugar, especialmente en lo que se refiere a aves acuáticas y terrestres. Por ejemplo, los flamencos, águila mora, caranchos, teros, halconcito común, ñandú petiso, cauquen común, bandurrias, entre otros. Estas son sólo algunas, ya que más de 80 especies interrumpirán tu paso durante el paseo.
Punta Walichu también es un interesante atractivo, en donde tomarás contacto con la historia de El Calafate, ya que aquí hay cuevas en donde se exhiben pinturas rupestres de los primeros habitantes.
Pero la ciudad no sólo se engalana con estos atractivos naturales, sino también con una estructura turística, que es capaz de satisfacer cada una de las exigencias de los miles de turistas que apuestan por una aventura en la Patagonia Argentina.
Hay hoteles, cabañas y alojamientos de todo tipo para que cada quién elija lo que está buscando. Todas con muy buen servicio y excelente atención, que te dejarán más que conforme.
La gastronomía de un lugar también es reveladora de sus tradiciones y costumbres, es por ello que los restaurantes también son un agasajo para los turistas, quiénes podrán elegir dentro de un menú amplio. En él, con total seguridad, no faltará el clásico cordero patagónico, que bien podría decirse, degustarlo es como una obligación para aquellos que llegan a El Calafate. Las truchas y los salmones también forman parte de esas opciones que no podemos dejar escapar.
Por último, como recomendación para tu viaje a El Calafate, no te olvides de llevar protector solar y lentes de sol. Y si piensas hacer alguna actividad deportiva, calzado adecuado.
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