Santuario de Carmelita de Auco en Los Andes

La religiosidad es una de las manifestaciones culturales y espirituales más fuertes y notorias de todos los pueblos latinoamericanos. Siglos después de la conquista española que trajo las primeras imágenes de la fe católica así como la evangelización, esta parte del mundo parece haber guardado con recelo esas enseñanzas que también se mezclan con gran parte de las leyendas autóctonas y con algo de pagano en muchos puntos del continente.

Hay, sin embargo, manifestaciones de fe católica que conservan la tradición como las grandes celebraciones tales como la Pascua o la Navidad. Pero también hay toda una serie de festejos ligados a los santos y a las apariciones de la Virgen en distintos sitios.
El pueblo chileno no está ajeno a este tipo de manifestaciones pues en sí una comunidad muy ligada a los valores tradicionales y que tiene en el catolicismo un referente importante. Por ello no es difícil encontrarnos con capillas e iglesias en cada lugar al que lleguemos mientras vamos recorriendo el mapa. Debido a la gran cantidad de destinos y atractivos a recorrer, una de las mejores opciones para hacerlo cómodamente es a través de la renta de autos, y así, conocer Chile será un viaje sin desperdicio.

Pero si hay algo que nos llama la atención, por su belleza, en toda la extensión del país es el Santuario de Carmelita de Auco en Los Andes, un lugar que nos conecta al mismo tiempo con la belleza y con la espiritualidad y que nos puede llegar a conmover seamos o no devotos o creyentes.
El Santuario de Carmelita de Auco en Los Andes comenzó a construirse luego de la visita de Juan Pablo II a este país, allá por el año 1987. Este templo sencillo tiene como fin, además de ser una parada para los peregrinos, el resguardar las reliquias de Santa Teresa, principal figura de veneración en la capilla.

Desde siempre los espacios religiosos de todos los países han recibido no sol la visita de sus fieles que llegaban peregrinando sino también de miles de turistas que encuentran a veces un punto en común con la cultura que visitan al estar unidos por la misma fe o que simplemente admiran la expresión de religiosidad de ese otro pueblo. Cabe destacar también que la misma arquitectura es una expresión que puede admirarse en cada una de las iglesias del mundo pues cada parte de la construcción tiene un significado y un valor simbólico.

El caso del Santuario de Carmelita de Auco en Los Andes, si bien es uno de los atractivos de Santiago, representa un ejemplo de la austeridad y sencillez que se predica. Y aunque el fin último del sitio sea recibir a los afligidos y a quienes llegan a orar, este santuario recibe con las puertas abiertas a todo aquel que desee conocerlo por dentro y que se haya intrigado por la belleza de los jardines que lo rodean en plena montaña.

Al llegar a este lugar podemos ver porqué es uno de los más especiales atractivos de Santiago pues además de la hermosa e imponente figura de Santa Teresa de Los Andes nos encontramos con un paisaje frondoso de árboles y flores que busca no solo venerar la imagen de la santa sino también ser un santuario de la propia naturaleza, pues también reside en la belleza del entorno, más si es natural, la posibilidad de lograr calmar a los afligidos y dar una esperanza a aquellos que llegan apenados hasta el lugar.

El santuario está compuesto por un templo que está dedicado a la patrona del pueblo chileno: la Virgen del Carmen, y también por la cripta, donde descansan los restos de Santa Teresa, donde podremos ver el sarcófago construido con piedra de tono rosa oscuro. Muy cerca se encuentra una estatua esbelta que acompaña la imagen y que nos conmueve al entrar a este recinto en el cual muchas personas dejan ofrendas florales en signo de agradecimiento por favores concedidos por la Santa. En las paredes de esta cripta podemos apreciar unas pinturas en las que se cuentan escenas de la vida de la Santa para poder conocer un poco más si no somos devotos de cuáles fueron las razones que llevaron a su beatificación.

El clima que se respira es el de un silencio agradable, el de una paz que parecíamos haber necesitado de hace tiempo aún sin saberlo. Son estos espacios los que nos llenan de esa tranquilidad tan necesaria, creamos o no. Al salir del templo, ese recogimiento que logramos al mirar cada uno de los rincones y al pedir por nuestros seres queridos, se transforma en un asombro agradecido al ver la imagen impactante del Aconcagua nevado, como una muestra de toda esa inmensidad de la que apenas podemos ver una parte, pero que nos conmueve en lo más hondo, así como la misma fe.

Imagen: By Rodrigo Pizarro from Santiago, Chile (Santuario Auco-015) via Wikimedia Commons